La histórica sección del diario Mundo Deportivo, “Galería de figuras” presentaba un perfil de grandes deportistas a partir de un cuestionario idéntico para todas las celebridades que lo respondieron durante años. Dum Dum Pacheco responde del mismo modo que escribió Mear Sangre, cero imposturas, sin pretender aparentar nada ni hablar por hablar. Directo y a la cabeza.
Perico Fernández vs. Dum Dum Pacheco, 27 de febrero
Hace hoy 46 años se disputaba en Madrid el combate más controvertido de Dum Dum y, curiosamente, el que mayor cobertura mediática tuvo. El que le enfrentaba a Perico Fernñandez el 27 de febrero de 1976. Artículos previos en el que ambos calentaban el combate con afrentas al rival al borde de lo humorístico: «Yo a Perico le gano montado en triciclo», comentaba Pacheco. Perico respondía con bravuconadas del estilo «Como Pacheco está tieso, peleo con él para que se saque unas perrillas». Dum Dum y Perico eran íntimos amigos, y aunque a nadie se le escapaba que esas fanfarronadas tenían algo de teatral, tampoco había quien pudiera esperar un combate tan poco combate.
Las crónicas periodísticas están ahí, a día de hoy Dum Dum afirma que con un verdadero amigo es imposible hacer una pelea en condiciones. En Mear Sangre, José Luis Pacheco dedica unas páginas a su enfrentamiento con Perico y a toda la polémica que se levantó, son estas:
A la vuelta, en el avión, Perico me contó que poquito a poco pudo conseguirlo. No paramos de reírmos en todo el viaje. (NdE: se refieren a un lance sexual en su vista juntos a Thailandia, donde Perico pierde el campeonato del mundo con Muangsurin) Pero pasaron los meses y me salió una pelea con Perico. Naturalmente, pese a nuestra amistad, tuve que decir que sí, porque suponía mucho para mí. Llevaba mucho tiempo esperando una oportunidad como ésta y ahora, aunque fuera con un gran amigo mío, no la podía desaprovechar. La prensa se volcó en el combate. Yo llevé la publicidad muy bien metiéndome con Perico y me di cuenta de que iba a ser un éxito. Una de las cosas que debo resaltar es lo que sufrí para dar el peso. Tenía que rebajar cinco kilos en casi un mes para poder pegarme con Perico. Estuve todo el tiempo comiendo una comida al día y no bebiendo apenas líquido. A mi madre le daba pena ver lo poco que comía y cuando a veces me iba a un restaurante, veía pasar delante de mí los platos de buenos guisos, sufría mucho. Del hambre que pasaba se me saltaban las lágrimas. Así, a duras penas, pasé los días que me quedaban. El último me pasé treinta horas sin tomar nada. Después de tantos sacrificios que yo hice, resulta que Perico pesó más que yo.
Había una expectación grandiosa. En mi vida había visto cosa igual. Cuando iba camino del ring me quedé parado unos momentos de la emoción que sentía al ver el espectáculo que Perico y yo habíamos montado. Me sentí muy contento de haberlo conseguido. La verdad es que yo estaba muy débil y se me notaba en la cara. Toda la gente me notaba más delgado. Por eso, y enfrentándome a un ex-campeón mundial, no podía salir a matarme, ya que sería mi perdición por lo flojo que estaba. Con todos los nervios que tenía y la emoción empezó el combate. Todo eran gritos con mi nombre y antes de terminar el primer asalto me di cuenta de lo mal que me encontraba y que no iba a tener la agresividad que tantos triunfos me dio. En el segundo round el público empezó a gritar y a decir tongo. En el tercero el árbitro nos amonestó. Yo seguía detrás de Perico, porque él no hacía otra cosa que ir para atrás y rehuirme. El boxeo, como el amor, es cosa de dos. En el cuarto asalto nos volvió a llamar la atención el árbitro por falta de combatividad. Yo no podía, los brazos se me caían por falta de alimentos. Nunca me había entrenado tanto, pero lo estropeé del sacrificio que hice para adelgazar. En el quinto, el Palacio se volvió contra nosotros, tirándonos cosas y con palabras de tongo. En el sexto, nos amonestó el árbitro por segunda vez. Comprendo la actitud del público, ya que esperaban un combate dramático y al no verlo se sintieron defraudados. Pero el boxeo es un deporte y a veces sale mal y otras bien. En muchos deportes salen mal los encuentros y no pasa nada. El público se aguanta. El boxeo es diferente. El público es muy cruel con nosotros. Cuando estábamos en el noveno asalto nos tiraban de todo, latas de cerveza, almohadillas, manzanas, puros encendidos. Tan furioso se puso el público que las mujeres eran las peores. Al menos yo vi, cuando estaba cruzando golpes con Perico, que una mujer se levantaba y llena de odio levantaba la mano para tirarme un bote. Me puse de espaldas a ella en el momento que tenía la mano levantada. Me volví rápido y el golpe se lo llevó Perico. Faltando unos segundos para terminar y para que el árbitro se lavara las manos, nos mandó al rincón. Yo hice lo que pude por salvar el combate. Me entra risa cuando recuerdo que Perico le quiso quitar el micrófono al locutor Paco Torres cuando anunciaba que nos retenían la bolsa por falta de combatividad. Lo único que puedo decir en estos momentos que ya no hace falta nada, porque he cumplido el castigo, es que fui leal y juro que jamás se me pasó por la imaginación preparar esta pelea con Perico, que si por algo me ha querido el público es por mi honradez. Y ahora, por una vez que mato a un gato, me llaman «matagatos». ¿Y todas las palizas que me he dado no valen nada? Mi conciencia está tranquila. Yo no he engañado al público. Pero es muy fácil estar detrás de un sillón y castigar. Fue un combate muy feo, pero muy honrado. Toda España pudo ver mis grandes marcas en la cara. Y así pude ver que todo lo que yo había conseguido en siete años, me lo destrozaba la Federación en cinco minutos.
Dum Dum Pacheco y el juego
Este recorte resulta funestamente premonitorio si tenemos en cuenta la complicada relación, que con los años, tuvo Dum Dum Pacheco con el juego. En este artículo publicado en el Correo el 29 de enero de 1981, José Luis bromeaba sobre tal asunto y hacía alarde de su afición por el azar, antes del combate con Larry Martin en el Polideportivo de La Casilla en Bilbao. Como de costumbre, adorna la entrevista con perlas humorístocas de vacile castizo.
Gracias a Javier Ochagavia Kinkman, hemeroteca viviente de lo sucedido en la España de las últimas décadas del siglo XX, que atesora noticias y anuncios reflejo de la época, y a tenido a bien compartir con nosotros este documento.
Dum Dum Pacheco escritor
La revista Mercurio es una de las publicaciones referente en el panorama cultural y literario desde 1998. Editada por la Fundación José Manuel Lara y con una periodicidad bimensual, da cobertura a las principales novedades del panorama creativo, artístico y literario. De distribución gratuita, puede encontrarse en librerías, museos, centros expositivos y eventos culturales. En su número 217, Puri Mascarell dedica reflexión y análisis a la obra de Dum Dum Pacheco, Mear Sangre.
«A mí me metieron en la cárcel por cambiar las cosas de sitio»
Hoy sacamos a la luz esta entrevista de 1976 que gira, excepcionalmente, alrededor de Mear Sangre. Si bien el libro fue un éxito en el momento de su publicación, la atención mediática a Pacheco se centraba lógicamente en su carrera como boxeador, y ocasionalmente en sus apariciones en público como incipiente fenómeno mediático. Salen a colación preguntas y respuestas que complementan de maravilla algunas de las actuales entrevistas sobre la reedición de la autobiografía de Dum Dum Pacheco.